Apasionada del Arte en todas sus manifestaciones, y muy particularmente del mundo del Flamenco, su formación universitaria estuvo sin embargo ligada al Derecho y la empresa,  campos en que trabajó durante años.

Consciente de su vocación, finalmente no pudo abandonar una pasión que desde niña reclamaba un mayor espacio en su vida, sin duda influenciada por la afición que Carlos, su padre, le inculcó.