
Madrid, 1964

Apasionada del Arte en todas sus manifestaciones, y muy particularmente del mundo del Flamenco, su formación universitaria estuvo sin embargo ligada al Derecho y la empresa, campos en que trabajó durante años. Consciente de su vocación, finalmente no pudo abandonar una pasión que desde niña reclamaba un mayor espacio en su vida, sin duda influenciada por la afición que Carlos, su padre, le inculcó.
Llega un momento en la vida de la pintora en que reconoce haber sentido una necesidad de renovación, en sus propias palabras: “impedir que el tiempo se escapara sin plasmar en el lienzo un universo cromático que reivindicaba su lugar”.
Consciente de que su experiencia plástica debía vertebrarse día a día con una sólida formación de Estudio y Taller, recorrió un arduo camino de búsqueda; fueron varios años pintando y aprendiendo en diferentes academias hasta que conoció al pintor Miguel Coronado, quien influyó de forma decisiva en su desarrollo artístico y al que considera su maestro:
“Coronado sabe mostrar las infinitas posibilidades del lenguaje plástico partiendo de la educación de la mirada, traduciendo la realidad a pintura y evocando aquélla desde un análisis reflexivo, siempre con el color como protagonista”, afirma Arlot.
Varias estancias en Africa (Benín) contribuyen a completar y definir su pasión artística.

Exposición UBS Madrid (Septiembre-noviembre 2019)
”Impedir que el tiempo se escapara sin plasmar en el lienzo un universo cromático que reivindicaba su lugar.”
El trabajo de Cuca Arlot introduce al espectador en su íntimo universo estético y cromático que, en ocasiones potencia con otros materiales que van más allá de la pintura.
Así, con su particular utilización del color, consigue crear imágenes de gran atractivo visual recorriendo un camino que discurre desde la sencillez de una fruta (Naturalezas vivas, Frutas y verduras) hasta lo insondable de sus enigmáticos Misterios, en los que experimenta con resinas y texturas que conforman un lenguaje propio. Esta búsqueda constante de la relación del color (serie Brotes), su fuerza y su modulación, da paso a un relato muy personal, como demuestran sus Psicopiezas, cuyas formas provocan vibrantes colores en movimiento que acrecientan una curiosidad que trasciende la emoción.

La obra de Arlot , en suma, invita al espectador a adentrarse en su personal y apasionante viaje hacia el color, con etapas claramente diferenciadas, que auguran un destino final de recogimiento y armonía.